Ministerios a los que Bendecimos

Hoy quiero tomar un momento para agradecer profundamente a cada una de ustedes, organizadoras y compañeras de este taller de Sanidad del Núcleo. Gracias por su tiempo, su entrega y por haber creado este espacio donde hemos podido explorar, sanar y crecer juntas.

Recorrer cada capítulo, desde “Viviendo después del trauma” hasta alcanzar “Una mente en reposo”, ha sido un viaje intenso, pero lleno de aprendizajes y revelaciones. Cada tema, cada conversación y cada herramienta compartida han tocado fibras profundas, y sé que no soy la única que ha sentido cómo estas verdades han ido transformando poco a poco la forma en la que me veo a mí misma y mi propósito.

Al principio, enfrentarnos a nuestros pensamientos y no creer todo lo que pensamos fue un reto, pero necesario para encontrar seguridad y reconocer que, a pesar de todo, somos vencedoras. Luego, atravesar el proceso de perdón —no solo para otros, sino también para nosotras mismas— fue un punto de quiebre. Aprender a soltar, a sustituir pensamientos negativos y avanzar, abrió un espacio nuevo de libertad y paz interior.

Descubrir quién soy y cuál es mi propósito, sentir que pertenezco al Señor y que hay un lugar para mí, ha traído consuelo y esperanza. Entender el crecimiento postraumático y trabajar por tener un corazón en paz y una mente en reposo no ha sido fácil, pero cada paso ha valido la pena.

Este taller no solo nos ha dado herramientas técnicas, sino que también nos ha permitido vivir experiencias de sanidad, liberación y fortaleza compartida. Ver el avance y el crecimiento en cada una de ustedes me inspira y me recuerda que no estamos solas en este camino.

Por eso, quiero proponer que nos comprometamos a seguir aplicando lo aprendido, a no olvidar las herramientas que hemos recibido y a seguir creciendo, reconociendo que somos victoriosas en Cristo. Que cada desafío sea una oportunidad para recordar lo lejos que hemos llegado y lo mucho que aún podemos alcanzar.

Como dice la Palabra en Romanos 8:37: “Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó”. Que esta verdad sea nuestro sello y nuestra fuerza para seguir adelante.

Gracias de nuevo a todas ustedes, organizadoras, por ser guías llenas de amor y sabiduría, y a mis compañeras, por ser un apoyo genuino en este proceso. Juntas seguimos creciendo, avanzando y descubriendo lo que Dios tiene preparado para cada una de nosotras.

Con cariño y gratitud,

Luzmarina